Reconocer el valor y diversidad con los alimentos que cultivamos, fortalece el sentido de pertenencia con el territorio y transmitir el saber ancestral y popular, estrecha las prácticas agrícolas de una soberanía alimentaria posible y perdurable en el campo y la ciudad.
Desde este eje, buscamos promover las practicas en armonía con la naturaleza que materialicen el derecho a la alimentación, la protección del territorio y la recuperación de semillas, saberes, sabores propios de nuestras culturas.